top of page
  • Writer's pictureIsa Maturana

Masai Mara: Entre animales y tribus

Updated: Jan 25

Probablemente hacer un safari en Masai Mara si se viene a Kenia es un imperdible, este es el parque que conecta con el Serengueti de Tanzania. Es un lugar inmenso, donde los animales hacen su vida y los humanos podemos sentarnos a admirar la naturaleza en su máxima expresión: animales cazando, leonas cuidando sus cachorros, cebras tiñendo de rallas el paisaje, jirafas que te hacen mirar el cielo al buscar su cara, manadas de elefantes que enternecen el corazón.



Definitivamente de las primeras cosas que pensé cuando llegué a este continente fue la manera explosiva en la que me hizo volver a sentir. Cuando llegué a Nairobi nunca pensé que mi primer fin de semana viviría una experiencia tan africana como esta. Incluso si dejamos de lado lo emocionante que es tener animales tan imponentes cerca, Kenia me hacia volver a sentir por la cantidad de niños que veía en sus calles. En los lugares más rurales los blancos somos una especie rara, los niños nos saludan como si fuéramos famosos. Es algo muy loco. Yo solo quería empezar a abrazar a cada niño que me topaba en el camino, mi ansiedad no podía dejar de pensar en cuantos niños más me tocarían tan fuerte el corazón, pero han bastado solo un par de semanas en este país para saber que nunca podré llevar la cuenta. Acá los niños son el corazón del país, esta repleto y suman sus risas al sonido ambiente de cada calle o lugar que conozco.


En Masai Mara al conocer la villa de los Masai, que son una de las tribus más grandes del país, me quedé absorta con cada chiquitito que se aparecía al frente mío.

Aquí escribí esto,




"Los niños de la villa masai se quedaron con una parte de mi corazón. Los ojos iluminados, los dientes resplandecientes, la sonrisa permanente y tan real. Veo a un grupo que juega con una pelota que parece de papel, se ríen mientras juegan. Son como millones de primos molestando. También piden dulces, "do u have a candy" me pregunta uno que anda con un solo calcetín y una polera tan llena de hoyos que pienso que sería mejor si no la tuviera puesta.

Me pregunto si acá son felices.




Sin pelos en la lengua le pregunto al masai que me acompaña al hotel si son felices. No lo duda. "Claro! Acá vivimos con nuestros animales, nuestras familias y amigos. Hakuna matata". Entiendo que los pequeños problemas no existen porque no hay tiempo de fijarse en ellos, acá hay problemas reales. Por eso la ropa no importa, el olor tampoco, la comida se agradece mucho cuando hay, porque saben que quizás algún día les falte.

Los niños con moscas en la cara, con mocos colgando, con toses, algunos sin ropa, algunos llorando, algunos riendo. La vida, uf. Qué vida veo en esta aldea.

Me pregunto cómo en un lugar tan reducido puedo sentir que estoy viendo tanta vida junta, tan diversa, tan autentica, tan genuina. Una vida que, por supuesto, me choca.


hace unos días estaba en mi país con mis costumbres y ahora estoy aquí rodeada por esta tribu, por estos niños, por estas necesidades, por esta pobreza, por esta manera de relacionarse tan distinta.





Aquí vi uno de los atardeceres más lindos que me han tocado hasta ahora, y sin dudas: Tribus y animales son una serendipia un tanto esperable para algunos, para mi totalmente inesperada dado que este paseo salió a ultimo minuto.

Este lugar definitivamente es una parada obligada si ya estamos en continente africano.



42 views

Recent Posts

See All

¿Kenia?

bottom of page