Sweet like a candy

Anoche me quedé dormida llorando porque me acordé de él, de mi Francis, el niño "malo", el que las mamás de los amigos no querían tanto, pero todos sus amigos amaban. El de las travesuras. La cabeza detrás de cada nueva idea.

El niño sonriente, con energía, quizás con tanta, que asustaba. El que me esperaba por horas sin zapatos afuera de mi casa y me presentaba a sus amigos mientras les decía algo en suajili que yo no entendía. El que una vez llevó a más de 30 niños a tocar el timbre de mi casa para que me conocieran. El que se tomó la fanta al seco cuando salimos a comprar bebida.

El niño malo en el que yo vi inocencia. Es que era solo un niño.

Ha pasado más de un año y lo recuerdo con detalles. Hasta su tono de voz sigue intacto. Pensé en nuestra complicidad. En su amor cuando yo salía a caminar. Lo vi sentado en la calle todavía esperándome y colgándose de los árboles mientras gritaba mi nombre, o cómo me decía él "Marría" con dos r, o quizás más.

Lo recordé cantando La Macarrrena y apropiándose de la bici que les regalé a las niñas de mi casa. Me salió una sonrisita cuando me acordé de él corriendo para botar a sus amigos de la bici. Era bruto y eso lo hacía más tierno todavía.

En ese llanto me quedé dormida.

Pero no paró. Soñé que volvía a Malindi y apenas llegaba a mi aldea estaba sentado, sin zapatos y todavía con esa polera azul con verde que tanto le gustaba usar.

Cuando me veía llegar corría a abrazarme y sus ojos brillaban más de lo normal. Me pedía que fuéramos a comer pizza. Íbamos en moto y recogíamos a otros niños en el camino. Él me hacia cariño con sus manitos chiquititas y yo sentía su felicidad por mi vuelta.

Él sabía que yo no lo iba a abandonar. Lo supo desde que nos conocimos.

Cuando decides que tu plan de viaje es ir a entregar amor y conectar con las personas, se vuelve mucho más difícil la vuelta. Supongo que en mi caso llevó el peso de sentir culpa por dejar tantos niños ahí, niños que habían encontrado una familia por primera vez en mi.

Te puedes ir una semana, pero si tu plan es conectar desde el amor con otros seres humanos, entonces esa semana te va a dar vuelta tu vida, porque aparecerá una nueva familia. En cada nuevo minuto de tu viaje aparecerán personas con las que conectaras distinto y si vas pre-dispuesto a esa conexión probablemente la sentirás más.

Francis fue una de mis conexiones corazón-corazón. No teníamos ningún idioma para entendernos pero los dos sabíamos que nos queríamos. Lo confirmé una vez que un amigo mío que hablaba inglés y suajili le preguntó que por qué le gustaba tanto estar conmigo y él respondió algo que en la traducción suajili-inglés fue "because her heart is sweet like a candy".